martes, 27 de noviembre de 2007

Poemas II

Reciclando

Reciclando.

Voy a reciclar todas mis promesas,l
os hechos concatenados entre sí.
Dame morfina en vena,
un último pacto con el diablo
como último deseo,
de los castigados.

Aún mantengo tu último calor,
en las yemas de los dedos,
cada vez más intenso,
intenso frío...

La soledad de otro verano,
tendido al sol.
La aglomeración de los días,
postrados ante mi.


Paranoia

Paranoia de primer grado,
con cita regular.
Todo lo que hago en vano,
se me hace vulgar.

Me siento desguarnecido,
en primera línea de batalla,
con un cerebro mal herido,
y mis soldados de hojalata.

Ataque a discreción,
cruzando la inseguridad.
De poca precisión,
pero ganando intensidad.

Pensarse mucho todo, y nada,
jurar una bandera sin color.
No hablo de cuentos de hadas,
ni de héroes con pundonor.

Hablo del hombre enamorado,
y de su mente enferma,
en los albores del dorado,
vamos dejando huella.

Brote de párpados

Cuenta atrás, para adelante,
el calendario de ayer.

Agridulce con tan poco sabor,
es el paladar de la soledad,
de los desaparecidos párpados,
que brotaban a mi espalda.

Alquitranado corazón de ciudad,
que late por obediencia,
como norma de decencia.

Intento chantajear a mi cabeza,
con nubes de hachís,
para que te busque una salida,
por entre tus piernas.

No soporto el deseo indeseado,
el placer contenido en mano.

Pura nada

Ebrio, subiendose al rock and roll,
en un acto a la bohème,
en un acto suicida por entregas.

Deslumbrando la luz,
cuando la daban por muerta,
se dejó ver en una esquela.

Avanzan hundiéndose en la noche,
las palabras arrancadas
del periódico de mañana,
avistando viejos horizontes,
escondidos tras de mi.

Todo está en calma.
Todo está donde debe estar.
Pura nada, donde debía estar.

A base de cuerpos

Cuando Incertidumbre se hizo nombre de mujer...

De nuevo, sedado en la tela de araña
,en la maraña de lo esperado,
sin generar salidas para otro lado.

Tampoco me interesa la huída,
empezada ya esta comedia,
de por si humana.
No me batiré en retirada,
aunque seas tu mi campo de batalla.

Cambio de tornas en los mapas
de los deseos y las vicisitudes.
Lo adverso y lo favorable, cara
a cara y de costado la incertidumbre.

Deportados, a la minucia del día,
tapa tu boca con la mía,
para callar todo lo que no dirías.

Y por la noche, ya hablaremos,
a base de cuerpos.

1 comentario:

Julio Souto dijo...

(...)en los albores del dorado,
vamos dejando huella.


utópico, sin duda.