sábado, 17 de noviembre de 2007

Una promoción de la CAM, hace unos meses

Esto lo hice hace un tiempito, porque vi el anuncio y me dolió la vista. No servirá para la revista porque ya se pasó la promoción y no tomé una foto del cartel ni nada, pero bueno, sirve de ejemplo. Así se empieza a mover esto. La promo ofrecía, por domiciliar la nómina:


NOS ENCANTA TENEROS COMO CLIENTES, POR ESO OS OFRECEMOS DOS REGALOS:
- 10 ENVÍOS DE DINERO, CADA UNO POR 1 €
- UNA RADIO DESPERTADOR

De cómo convertir dos regalos en dos perfiles de cliente

Es tan simple que golpea la vista. La caja de ahorros local crece, tiene vida, aprende del mundo y se adapta al mercado: cambia. Pero no por atender a los nuevos clientes va a dejar de atender a los de siempre, los que le han sido fieles durante tanto tiempo, los de nómina y hipoteca, los de toda la vida.

Por eso dos regalos, así de simple, dos. Dos sobornos para dos tipos de clientes, igualmente necesitados, igualmente rentables. Porque el dinero no entiende de culturas ni de orígenes, es lo bueno de los números.

Hablemos de los diez envíos de dinero, por sólo un euro cada uno. Que chollo ¿no? Seguramente es una simpleza lo que voy a decir. Si me vierais, seguramente diríais: pobrecito, no entiende de economía, es joven, no sabe lo que dice. Me podréis decir que no estoy entendiendo nada, que el mundo es así, que esas comisiones son necesarias por que sino el sistema se caería y se rompería en pedacitos como una urna de cenizas. Pero yo no lo entiendo, es como esos juegos de lógica en que sumas, restas, sigues el desarrollo de la operación, y al final no cuadran los números. Porque yo no entiendo a quién se le debe pagar por enviar dinero. Todos sabemos quién enviará el dinero, quién habrá trabajado tantas horas para ganarlo y en que dirección irá, fuerzas centrífugas. Todos sabemos quién no habrá trabajado por ese dinero, quién no tendrá la ilusión de compartirlo con su familia que podrá comprar comida y medicinas al otro lado del mundo. Nos podemos imaginar quién se beberá más dinero por no hacer nada, succionando euro a euro con cada esperanza, con cada regalo de gotas de sudor ofrendado a los que quedan lejos.
Pero no son malos, hacen regalos. Te han hecho un descuento desinteresadamente, ¡Sólo un euro! Por ese precio en menos de un año ya habrás hecho todos los envíos que te regalamos… tal vez luego quieras hacer más. Si los destinatarios se han acostumbrado a recibir un paquete una vez al mes… Pero claro, dirán, esta vez ya no puede ser un euro, la promoción ha expirado. A partir de este decimoprimero, ya lo sabía usted (letra pequeña) el envío costará algo más. Tres, cinco, diez euros o el diez por ciento, da igual. La humillación será la misma, el mismo parasitismo.

Será una lástima esa doble sensación de pérdida. Pero por eso también ofrecen la otra opción. No todo va a ser tirar dinero y repartir, te podemos también regalar esta fantástica radio-despertador a pilas para ti, joven, para ti y para los que son como tú, que no tenéis la desgracia de escuchar cada fin de semana voces lejanas al otro lado del teléfono en ese sucio locutorio. Para vosotros que no os tenéis que preocupar, y para que no os quejéis. Sí, tienes razón, desde que encontré a estos otros tan disponibles y rentables os tengo desatendidos. Pero no sufráis, no me he olvidado de vosotros. Y por eso os doy más de lo que tanto os gusta, para que os llenéis la boca y los bolsillos de trozos de plástico y cable de cobre, como tanto os gusta masticar las pilas alcalinas y sentir el óxido en la lengua. Y riendo. Vosotros, mis niños, niños mimados del mundo, no me he olvidado. ¿Cómo iba a olvidarme si también son números lo vuestro? Y además con la fortuna, la fortuna que tenéis por no tener que preocuparos y que el dinero se disperse…

Porque que desgracia la de ellos, ¿no?, que desgracia sudar por dos doblones para luego verlos volar, y aquí malviviendo. ¿No se darán cuenta que están perdiendo dinero? Luego vendrán a quejarse, y me llorarán o golpearán la mesa, pero yo ya se lo había dicho: podéis también coger la radio-despertador, tenerlo en cuenta. Podríais haber escogido, ahora no me echéis la culpa. Podríais haber nacido al otro lado del estrecho, al otro lado del atlántico o del ecuador, al otro lado del muro.

Podríais haber escogido la radio-despertador.

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