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Poemas II
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Indignación
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No dejemos que de la rabia que nos arde solo queden tristes charcos de ceniza
Tenemos que evitar que el pájaro de fuego caiga resignado
No podemos permitir que se nos muera en un invierno que no nos pertenece
No consintamos que aquel odio que nos dieron de beber les extienda la sonrisa
Que no nos vendan que desesperar sea más rentable que alcanzar felicidades
Sabemos que la utopía es una loca porque a ellos les conviene
La belleza nos la presentaron como allá por las alturas
Que no nos hagan creer que la escalada es imposible
Tenemos a la indignación agazapada por los fondos...
aporreando las paredes
mordiéndose los labios
tratando de dormir...
Que no se nos apague
Si es que aun estamos vivos
Si es que aun la compasión nos acompaña
Si es que aun el ser humano es ser humano
...por favor...
Que no se nos apague.
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Ruido trivial
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Cientos de ojos, observándose
Cientos de voces, rebotando
y en todas las palabras
detrás
algo pierde el equilibrio
Esa necesidad de por dentro
(escondida tras la mascara)
de decir que me muero
que sí
que te quiero
que ya no puedo más.
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Mi porción de azul
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Por las mañanas me basta un trozo de ventana
Una porción de azul ante la cual quedarme
esperando que pase alguna que otra cosa
capaz de abrirme mas los ojos
Aveces una nube
que se queda y se retuerce
por encima de los bloques
es tan bella y tan sencilla
que me quedo ensimismado
Otras veces son las aves
que se posan en los cables
Y que vuelan enseguida
Y que vuelan con urgencia
El mundo agonizando
y yo aquí en mi ventana
estirado bajo el cielo
De vez en cuando el sol se enciende
mas de luz aun si cabe
Escupiendo grandes chorros
que se cuelan sin vergüenza
refrectandose en mi rostro
en los muros y en suelo
Y es así que yo me olvido
de esta mierda de sistema
Luego un pájaro
Otra nube
Y la música esta tan viva
que me quedo muy absorto
Los violines si que entienden
me digo sonriendo
Los violines
una maravilla
De repente las sirenas
de la puta policía
ascienden desde abajo
uniéndose a la música
Al principio es diferente
todo suena muy extraño
Pero a poco me percato
y me mengua la alegría
Es la mierda de este mundo
recortándome las alas
desde abajo y desde siempre
desde abajo y desde siempre.
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El principio del fin
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Medusas de elegancia plateada sobrevuelan las dunas de un desierto sombrío
Serpientes azabache dividen la nieve virgen entre montañas de cristal
Se pueden ver caballos de pelaje cobrizo atravesando praderas de color zafiro
Los bosques bermellón devoran las vastas tierras hasta besar el verdor de los océanos
Y cuando la oscuridad apaga el intenso añil de los rayos del sol...
Tan sólo una tímida luz crujiente emerge del abismo de una cueva
En este lugar una figura encorvada descubriría el furioso demonio rojo
Y justo aquí empezaría a forjarse entre ardientes brasas...
El principio del fin.
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El alma pierde el líquido
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . lentamente
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Intentar retener la magia
entre dos manos
con expresión agarrotada
Observar con la mirada atónita
como el agua
se desliza entre los dedos
Querer explotar en mil pedazos
que la mente se quede
súbitamente muda
Llevarse las manos al vientre
intentando evitar inútilmente
que el huracán se lleve las entrañas
Gritar fuerte
hasta que arda la garganta
Gritar desgarrándose la vida
dejándose caer
en un llanto profundo
Volver al trabajo
con un agujero bajo el torso
y un lacónico saludo
Trabajar
meticulosamente
Sonriendo
Disciplinado
Locuaz.
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El origen del algodón
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Ayer soñé que inventaba un mito
Soñé que lo inventaba
y lo andaba pregonando
- Los campos de algodón
no son mas que el resultado
de explosiones en las nubes -
El sol aveces
se despierta muy temprano
y a las nubes
no las trata con cariño
Fue una lluvia muy tranquila
de esponjosas motas blancas
que muy amablemente
descendieron a los campos
Y en las ramas se quedaron
livianos pero firmes
los gajos de las nubes
prendados para siempre.
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